Guitarra Barroca

Los nombres cedra, cítola y guitarra aparecen en España desde el s. XIII. Estos nombres están relacionados con instrumentos de cuerda punteada con mástil; sin embargo, es difícil determinar con certeza qué forma tenía cada uno de ellos. Para hacer las cosas más complicadas, había muchas formas de guitarra en los s. XIII y XIV: guitarra latina, guitarra morisca y guitarra serranista, pero nadie sabe cómo eran o cómo se tocaban. A finales del s. XV, la guitarra era similar a un laúd pequeño.

Por otro lado, desde el s. XIV, había en España un instrumento de cuerda con perfil muy acinturado, llamado vihuela, que podía tocarse, en los últimos años del s. XV, con arco -(vihuela de arco-, con plectro -vihuela de péñola- o con los dedos -vihuela de mano.

Durante la primera mitad del s. XVI, los nombres de vihuela y guitarra confluyeron en un solo instrumento con forma de 8, similar a la guitarra actual, llamado vihuela de mano; este es el más antiguo ancestro conocido de la guitarra y fue uno de los instrumentos más significativos del s. XVI; para la vihuela se compuso gran cantidad de música que es considerada como uno de los mejores repertorios escritos para instrumentos de cuerda punteada en la historia de la música occidental.

La vihuela, un instrumento muy estimado en el s. XVI, se construyó en distintos tamaños, con una o más rosetas en la tapa, trastes de tripa atados al mástil, y estuvo encordada comúnmente con seis órdenes de cuerdas. Su música se escribía en tablatura italiana de laúd.

A finales del s. XVI el uso de la vihuela fue decayendo; al mismo tiempo se empezó a popularizar la guitarra de cinco órdenes, que hoy llamamos guitarra barroca, que era muy similar a la vihuela, con solo una roseta de madera o pergamino.

La característica principal de la guitarra barroca era su afinación que, aunque era igual que las cinco primeras cuerdas de la guitarra actual, la octavación de los órdenes 4 y 5 podía producir un instrumento sin bajos, con una afinación que llamamos reentrante o recurrente.

Este instrumento se convirtió durante el s. XVII en uno de los instrumentos más populares del mundo. Sobrevive una enorme cantidad de colecciones de música de guitarra barroca, impresa o manuscrita en diversos países de Europa y América.

Tal vez no sea exagerado decir que la guitarra fue el instrumento más popular de la época barroca, la tocaban personas de toda condición social en Europa, América y diversas partes de Asia.

Su versatilidad se refleja en sus estilos de interpretación. Había dos formas distintas de tocarla: el punteado y el rasgueado, en ambas era posible alcanzar grados muy altos de virtuosismo.

La música de la guitarra se anotaba en tablatura, la de punteado era igual a la del laúd. El rasgueado es el más notable de los recursos instrumentales de la guitarra barroca y se usaba tanto para el acompañamiento como para la ejecución de piezas de guitarra sola. Había al menos tres tablaturas de rasgueado, llamadas alfabeto italiano, estilo castellano y numeración catalana.

El repertorio de la guitarra barroca contiene muchas danzas, de textura transparente y fuerte sentido rítmico. Las clases populares la incluían con suma frecuencia, por eso, principalmente en España, es difícil distinguir la música de guitarra “culta” de la “popular”; en muchos casos todo mundo tocaba las mismas danzas: chaconas, villanos, jácaras y muchas otras.

La chacona fue tal vez la pieza más popular de la época barroca, y era música española de guitarra. Originalmente fue un baile cantado con texto ingenioso y vulgar, pero también fue utilizada por los mejores compositores para crear algunas de las obras más significativas del barroco.

La guitarra fue uno de los principales instrumentos de bajo continuo; algunos guitarristas se hicieron famosos por su trabajo en la música de cámara.

Aunque la guitarra barroca dejó de usarse en el último tercio del s. XVIII, es posible decir que no desapareció del todo, pues dejó una numerosa descendencia instrumental en América Latina.

Muchos instrumentos tradicionales de este continente preservan las características, usos musicales y repertorio de la guitarra española de cinco órdenes. Aquí hay algunos ejemplos de guitarras latinoamericanas que pueden ser descendientes de la guitarra barroca.