Laúd

La familia del laúd floreció durante la Edad Media, el Renacimiento y el Barroco. Los instrumentos de esta familia tienen diversos tamaños, encordados y afinaciones, pero conservan muchas características comunes.

El laúd europeo deriva del ud árabe. El laúd medieval tenía caja en forma de media pera y el clavijero dispuesto en ángulo con respecto al mástil. En un principio el instrumento tenía cuatro órdenes; en el s. XV, eran más comunes los laúdes de cinco órdenes, tocados con plectro.

Durante su historia, el instrumento se construyó en distintos tamaños, con una o más rosetas en la tapa, trastes de tripa atados al mástil, y encordado con pares -llamados “órdenes”- de cuerdas de tripa, que podían estar afinadas al unísono o a la octava.

El s. XVI es un período de gran florecimiento del laúd, algunos consideran que es su época clásica. Para esa época el laúd tenía comúnmente seis órdenes de cuerdas, y se generalizó de manera gradual el uso de los dedos en vez del plectro para tocarlo. Se usó un temple o forma común de afinación.

El laúd fue uno de los instrumentos más significativos del s. XVI y para él se compuso una enorme cantidad de música, considerada como uno de los mejores repertorios escritos para instrumentos de cuerda punteada. Entre los principales géneros cultivados por los laudistas se cuenta la fantasía y el ricercar, la canción arreglada para laúd solo y diversos géneros de danza. El laúd era también uno de los instrumentos más usados en la música de cámara.

También se inventó en el s. XVI un sistema de escritura musical específico para el laúd, llamado tablatura, que tiene tres modalidades principales: la francesa, la italiana y la alemana, que representan la música del laúd usando símbolos diferentes. La tablatura francesa representa los seis órdenes del laúd a través de seis líneas (el hexagrama) sobre las que se escriben letras que representaban los trastes; la tablatura italiana identifica los trastes con números escritos en las líneas, no sobre ellas; en la tablatura alemana, sin líneas, cada una de las voces de la obra está representada por separado; se utiliza letras y números para representar de manera individual un sitio específico en el diapasón.

A principios del s. XVII la tendencia en la construcción de laúdes fue aumentar su tamaño y el número de órdenes.Las dos variedades principales fueron la francesa y la italiana. El laúd francés tuvo en un principio once y luego trece órdenes, con una nueva afinación por terceras desarrollada desde 1629; este es el laúd que actualmente recibe el nombre de laúd barroco.

Durante el s. XVII en Francia, los laudistas-compositores, como J. Gaultier, contribuyeron de manera decisiva a la formación de un estilo musical propio de este país, que se convirtió en uno de los más importantes de la época barroca.

El laúd barroco floreció en varios países de Europa, principalmente en Alemania, donde nació uno de los más famosos laudistas de la época barroca, S. L. Weiss.

Los laúdes italianos del barroco mantuvieron la afinación propia del laúd renacentista, y en todos los casos tenían mástiles extra para recibir los órdenes graves; recibían los nombres de liuto attiorbato, arciliuto, chitarrone y tiorba. El liuto attiorbato y el arciliuto pueden ser denominados simplemente laúd -liuto- aunque en la actualidad es más común el nombre de archilaúd - arciliuto.

El archilaúd fue muy usado para el acompañamiento vocal y en la música de cámara. La popularidad del archilaúd como instrumento de cámara se incrementó a finales del s. XVII junto con el auge del trío sonata.

El repertorio solista del laúd italiano del s. XVII incluye toccatas, partitas, arias, canzonas, sonatas, conciertos y gran cantidad de danzas.

La tiorba o chitarrone es el más grande de los laúdes y apareció a finales del s. XVI, manteniendo la afinación del laúd renacentista. Al igual que el archilaúd, tiene dos mástiles: uno relativamente corto con trastes, y uno mayor para albergar los bajos, sin trastes. El mástil corto es en realidad tan largo, que los dos primeros órdenes deben ser afinados una octava abajo de lo normal. Por estas características, la tiorba es un instrumento de intensidad sonora relativamente alta con un timbre oscuro y envolvente, ideal para el acompañamiento, y aunque surgió con este fin, autores como A. Piccinini en Italia y R. de Visée en Francia, compusieron excelente música para tiorba sola.